La noche es larga,
demasiado densa para poblarla de auroras,
demasiado corazón para el pecho enamorado.
La noche es larga, y negra e independiente,
demasiado vacía sin los astros de poniente,
demasiada melancolía para el llanto congelado.
Pero tú,
pero tú que llevas las estrellas en tus manos,
pero tú que posees el brillo de un verano,
tú puedes mudar éste pesar tan apenado.
Sola tú el mejor de los ensueños,
sin par cuando decides en tu empeño
transformar la negra noche en un cielo plateado.
Fénix Hebrón
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